Una sabia solicitud
Trae, cuando vengas, el manto que dejé en Troas en casa de Carpo, y los rollos; especialmente los pergaminos. 2 Timoteo 4:13 RVA
Pablo se describe a sí mismo como fariseo, lo que significa que conocía con mucha profundidad la Torah, los profetas, los Escritos (o sea las Escrituras hebreas, nuestro Antiguo Testamento). Al ser fariseo debía cumplir con los mandatos de esta, además de enseñarla a otros. Debía estudiar constantemente para hacer sus reflexiones sobre la verdad allí revelada.
Aquel Saulo de Tarso no era un religioso improvisado. Tampoco lo sería después de tener la experiencia más importante de su vida: su encuentro con Jesús. Fue más bien un hombre metódico, planificado, gran pensador, con una reflexión teológica profunda. Haber recibido al Espíritu Santo le daría la perspectiva correcta.
Pablo escribe una sección de instrucciones personales en su segunda carta a su discípulo Timoteo. En esta sección (4:9-18) da algunas instrucciones interesantes. Una de ellas pasa desapercibido para muchos cristianos que hoy son enemigos de la instrucción académica bíblica y teológica. Sin embargo las Escrituras son claras y contundentes: Pablo hizo una sabia solicitud al pedir sus rollos (o libros) y sus pergaminos. Es evidente que el Apóstol todavía leía, estudiaba y reflexionaba sobre su fe judía y cómo esta se enlazaba con aquella naciente fe: el cristianismo.
El Espíritu Santo utiliza las capacidades de quien habita, es evidente que da sabiduría de lo Alto y poder para desarrollar funciones y llamado, pero el creyente debe esforzarse en aprender porque esto es lo que significa ser discípulo. Estudiar teología o hacer estudios bíblicos metódicamente no es pecado como algunos lamentablemente creen y enseñan; todo lo contrario, es pecado que un creyente llamado al servicio deje de prepararse, poniendo en peligro y obsolescencia su ministerio, dañando personas con doctrinas erradas.
Cada creyente tiene una responsabilidad ante Dios, no ante sus líderes, sino ante el Rey que le llamó al servicio. Esforzarse en aprender más de Dios, de Su Palabra, con un corazón humilde y sincero es mejor, es manifestar la verdadera libertad en Cristo.
Bendiciones
Engelbert González, MTS.
Director Académico STI
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1 Comentario
Amén, los que servimos en alguna área de la iglesia debemos prepararnos para enseñar la verdadera doctrina, gracias pastor… seguiré llevando mis clases de panorama bíblico, muchas bendiciones.